Esta mañana estuve en el hospital. Parece ser, que ya se sabe, cual es el motivo de la expulsión de la Dra. Pérez y del Dr. Osorio : “ordenes llegadas de muy arriba” . Oír esto y aflorar en mi los mas tristes y grises recuerdos de mi juventud, fue todo uno, de modo que decidí marcharme. Pensaba que cuando se ha gastado tanto tiempo, esfuerzo y dinero en formar dos cirujanos vasculares con experiencia de tres y cinco años para ponerlos en la calle y manchar su currículo con el addenda de despedidos del Hospital de la Princesa, la explicación de “ordenes llegadas de …..….”, no parece suficiente. Afortunadamente para mi no me he encontrado nunca en tan penosísima situación, pero creo que tendría una sensación de indefensión absoluta
Me felicito sin embargo, de que todos los médicos que han salido, del hospital, antes de su jubilación, ha sido para ocupar plazas en otros hospitales, públicos y privados por todo el País. Del Servicio de Cardiología, sin ir mas lejos, hay cardiólogos por toda España. De los demás Servicios ni se diga. Del Servicio de Cirugía Cardiovascular (que inicio su moderna andadura al tiempo que el de Cardiología) no ha salido ninguno fuera de estas paredes. Maestro que no crea discípulos ni forma alumnos, es poco rentable para la sociedad que le paga. Habría que decirle aquello que decían los atenienses: tome su óstraco y márchese.
Seria una practica saludable, creo yo, medir la labor de un Jefe de Servicio por la cantidad de gente que ha formado durante su vida profesional, mas aun, tratándose de un hospital publico y universitario. Si un cirujano solo opera, deja de ser cirujano y se convierte en operador, que puede ser muy bueno sin dudad alguna, pero solo operador.
Claro el titulo elegante es el de CIRUJANO
PePeMelon
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