domingo, 15 de mayo de 2011

JUBILADOS Y BICICLETAS EN LAS ACERAS


 
Cuando decidí  jubilarme, solo me impuse la  obligación, caminar  dos horas diarias, con ropa y calzado cómodo por la ciudad.  Es un método sencillo y practico para la  producción de endorfinas y mantener cuerpo y mente en forma. Cuando regreso a casa, cada mañana, tengo la misma satisfacción  que se  procuran  quienes  practican deporte ó gimnasia de forma reglada. O sea, algo cómodo, saludable  y no peligroso; hasta fechas recientes en que, en han aparecido los  “ciclistas urbanos”,  que han decidido circular por las aceras.
Yo creo que todos, cuando vamos en coche por Madrid, nos vemos sorprendido/asustado,  con frecuencia, por   motoristas que zigzagueando, entre los coches, aparecen de repente  a izquierda ò derecha ò nos adelantan de forma meteórica, sin que tuviésemos  noticia de  su presencia hasta ese momento.  Eso si, siempre muestran una notable habilidad y destreza, en el manejo de  la moto.
Bueno pues ahora, con las bicicletas por las aceras, ocurre lo mismo, pero con unas diferencia muy negativas para el peatón: su destreza es escasa, llevan protecciones varias por si  caen, o atropellan a un confiado peatón, el cual, nunca sabe si a sus espaldas circula un ciclista que le puede meter en problemas.
Nunca olvidare, el día  que ayude -  ya hace mucho tiempo -  a un medico mayor, que salía del hospital, de modo que al final no rodó por las escaleras. Me dio las gracias y me dijo: “Joven una de las cosas malas de la vejez de un medico, es saber que el fémur tiene un tercio superior”.  Cuando me adelanta por la acera estos nuevos ciclistas, me acuerdo de él. Mi cadera esta en peligro cada mañana. Tremendo asunto este. Se me ocurre que deberían obligarles, al menos, a llevar el antiguo timbre  - aquel del ring,ring -  que  tenían todas la bicicletas cuando yo era no tan mayor.  PepeMelon

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