La presentación del libro, “Alfredo Kraus. Una concepción del canto” (Alianza), escrito por Arturo Reverter, importante musicólogo y critico musical, de repente, trajo a mi memoria la imagen del último ensayo/clase del coro y unas ideas y sensaciones interrelacionadas. La primera era que Kraus consideraba a Arturo Reverter “como uno de los grandes conocedores de la técnica del canto en España”, según señalo en la presentación, Rosa Kraus, hija del Tenor. Otra es la opinión de Arturo Reverter: “para mi, de hecho, no era una de las mejores voces timbricamente hablando, pero la técnica le daba una proyección estratosférica. Todas las voces parten de una base y se van estrechando según llegan a notas más agudas. Pero los agudos de Kraus eran mucho más anchos que los de Carreras o los de Plácido. Lo suyo era un ejercicio técnico de primera magnitud. No encuentro hoy en día continuadores de esa calidad”
Finalmente esta mi recuerdo del último ensayo. No fue aquel día el ensayo fácil. Las cosas no nos estaban saliendo como Carlos Rojo –nuestro Director – quería y recuerdo el énfasis que puso en que teníamos que ensayar con nuestra voz un día si y otro también. Abundando en esto, empleo mucho tiempo en contarnos como Kraus había conseguido llegar a la cima con técnica y ensayo y así - ya casi al final de su vida – consiguió, el que al parecer, ha sido el más sublime Duque de Rigoletto.
Los comentarios encomiásticos de Carlos sobre Kraus, la opinión de Kraus sobre Arturo Reverter y la de este sobre Kraus, inciden en mi ánima, casi al mismo tiempo y me llevan a un torbellino de ensoñaciones y deseos alcanzables/imposibles, como si fuese un chaval que empieza a cantar. Claro, uno ya esta más que mayorcito y tras un rato de sano deleite en el mundo de las ideas, me dije, ¡Madre mía, que cosas me pasan! , y seguí caminando. PepeMelon
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