miércoles, 9 de junio de 2010

GRACIAS DOCTORA

La semana pasada, fui a ver a la Dra. Aristegui a su consulta. Estaba yo, soportando, unas molestias que me preocupaban. A un médico , cuando tiene algún síntoma, le ocurre como a un andaluz con “la Maria de la copla”, pues tiene la alegría, de saber de que se trata y al tiempo la agonía de saber que su origen puede ser vario y no necesariamente agradable. Ello hace, que los médicos suframos mas que el resto de los mortales, ante de cualquier síntoma, ya sea en nosotros o en los demás. Por esta razón, nunca, un medico, ha ido, ni ira a los infiernos.
La Doctora manejo y resolvió mi problema y mis preocupaciones/angustias, con una habilidad, soltura, gracia y destreza, que deseo sea capaz de percibir, todo aquel que acuda a la consulta de un medico. La transferencia fue tan rápida, que enseguida empezamos a charlar de muchísimas cosas, que recordábamos con una frescura envidiable. La Embajada de HatRiver y todas sus anécdotas. Historias del famoso Servicio de Otorrinolanringologia del Dr.Tapia, en el que se había formado junto a importantes otorrinos, como Zavala,,Hinojar y Dioni, y en el cual monto una unidad para el estudio de los vertigos, que dirigio hasta que dejo el hospital. También hablamos del coro y la contaba yo, que con frecuencia, el Dr.Lozano me dice: “Veras como cuando estemos subiendo con la ……..o,o,o,O,O,O – en los ejercicios de calentamiento de la voz - se cruzan delante de todos la Dra. Aristegui y la Dra Urdiola” . Y es cierto. Suele ocurrir con frecuencia. Bueno, a mi me lo parece.Es un asunto muy simpatico.
La cara de la enfermera – que nos escuchaba disfrutando de nuestra charleta - me hizo reparar, en que la cola de pacientes que esperaban a la Doctora iba aumentando. Cambiamos una inteligente mirada y me marche encantado y feliz.
Conocí a la Doctora, cuando yo ya era un residente mayor en el hospital. Siempre fue una mujer encantadora, elegante y notablemente singular. Cuando dejo el hospital, no la volví a ver, hasta que hace no mucho tiempo, un día, por la mañana, en mis paseos de jubilado, nos encontramos. Ahora, hemos vuelto a coincidir, en el coro del hospital. Sigue siendo igual de particularmente encantadora y ademas, ahora, excelsa soprano.
Con cariño PePeMelon

1 comentario:

  1. Muy entrañable, Pepe. Yo tambien me alegro de haberme vuelto a tropezar con Menchu Arístegui con la que recuerdo viejos tiempos. Y más viejos tiempos aún: Tuve la oportunidad hace muchos años de conocer a su padre, el Dr Arístegui en la Escuela de Enfermeras de la Almudena. Lo recuerdo como un gran profesor, un gran profesional y una gran persona. Matilde

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