Creí en el Señor Zapatero cuando accedió a la Secretaria del General del PSOE. Me llenó de ilusión, que un hombre joven, no conocido en el “famoseo político” de entonces, ni contaminado por el viscoso y enfangado PSOE del final del felipismo, llegara a ese puesto. Creo que fuimos muchos los que pensamos que iba usted a ser el que trajera la frescura de una nueva generación a España.
Desgraciadamente, su puesta de largo en política, aquella imagen - que en tiempo real dio la vuelta al mundo – del Secretario General del PSOE sentado ante el paso de la la bandera de los EEUU, desinflo todas mis ilusiones. Aquella astracanada ya le hizo famoso. Su fama ha ido en aumento con sus sucesivas ocurrencias, ministerios, ministras y ministros. No ha sabido rentabilizar/administrar el inmenso capital heredado ni el de la ilusión de toda la gente que un día le creyó .
Empecinado en su Memoria Histórica y empeñado en hacernos ver que España era como una arcadia feliz, no quiso afrontar – ni en tiempo ni en forma - los problemas que nos acuciaban y para “marear la perdiz”, se dedico a crear otros, con los que ha ido lastrando a España. El último, quizás para que se note también su marcha, ha sido, la publicación de lo que seria el último capitulo de la dichosa Memoria Histórica. Lamentable legislatura y lamentable la situación en que ha quedado a España y a su partido. ¿Qué le diría hoy, Philip Pettit, su referente ideológico?. No lo se.
Si se, en cambio, que es tiempo de mirar hacia delante, de volver a empezar, de esforzarse en alcanzar los standares de Alemania, de Francia o Inglaterra y que es también tiempo de decir: Also, we can.
PepeMelon
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