OTRA ANÉCDOTA
Querido DE LA ROSA, como siempre me gusto llamarte.
Mi mas cordial enhorabuena por tu nombramiento como miembro de ASEMEYA. Es para mi un honor, tener un amigo y compañero, miembro de la Asociacion Española de Médicos Escritores y Artistas.
Te conocí cuando yo llegue al hospital, con la ilusión de aprender el arte de la Cirugía Cardiovascular, en el Servicion del Dr.Castro Fariñas, en el cual tu ya eras cardiólogo-hemodinamista. Aprendi de ti los conocimientos que un cirujano debía tener de la cardiologia moderna - que entonces estaba naciendo - y del arte de la auscultación del corazón, que había empezado a popularizar el Dr. Zarco.
Me pasaba mañana y tarde en el hospital, tratando de aprender e ir "haciendo curriculum" para presentarme a una plaza de Residente, que se iba a celebrar en seis meses. Vivía en una pensión y mi ilusión mas inmediata, era conseguir, interinamente, la habitación en la que vivía por entonces el Dr. de la Rosa y que quedaría libre si se casaba, de modo que estaban, a la vista, la posibilidad de tener, habitación, cama, comida y una remuneración anual de 12.320 pesetas. Se comprende, que mi deseo mas ferviente, fuese el que la boda se celebrara, cuanto antes mejor.
La anécdota, esta basada, en la ganas, que Marisa - felizmente tu esposa durante todos estos años - tenía de casarse contigo. Las ganas que tu tenias de casarte y las las ganas que yo tenia de que tu te casaras.
Leyendo tu discurso de ingreso en ASEMEYA se me ocurrió contarte esta entrañable y pequeña/gran historia, con todo el cariño y la añoranza del tiempo que fue.
PPMelon
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