martes, 8 de noviembre de 2011

EL DEBATE


Anoche me  acosté tarde, a cuenta del debate. Me gusto. Me  produjo una sensación de razonable optimismo/ilusión, que se apoya en las  percepciones y  sensaciones que  me produjo la confrontación del bagaje - socio/cultural/político -  de ambos líderes. La mas  importante fue, que del evento no se derivo  ningún  “regalo”/( titular periodístico)  para  los terroristas.
 Rajoy  tuvo una intervención canónica, clara y  entendible. Como la de uno que sabe, lo explica y no anda haciendo preguntas para distraer al personal. La misma sensación que tiene el paciente que ve, en el medico que la va a tratar, al que sabe como, cuando  y por que,  hay que  aplicar una terapia, asumiendo que la situación es critica. Fue una intervención contundente (que impresiona el animo, convenciéndolo), la del Sr.Rajoy.
Rubalcaba no fue capaz de despegar  de su habitual idiosincrasia dialéctica, la cual le ha  proporcionado fama de político brillante, a lo largo de muchos años. No encontré en su discurso sustancia ni cosa nueva alguna, mas allá de la retórica, como medio de influencia sobre los ciudadanos. Pero claro, eso poco tiene que ver con un hombre de estado,  que crea ilusión y certezas.
Finalmente me gusto que ambos se comprometieran a ayudar y colaborar, el uno con el otro y el otro con el uno, según el veredicto de las urnas.
Siempre que hay elecciones, me acuerdo de aquel chiste de Forges –para mi uno de los mejores – que pinta a dos labriegos  en  medio de un  campo y dice uno al otro: “otra vez solos hasta que vuelva a haber elecciones”. Triste.
PepeMelon


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